Onomástico
Un año más sobre mi vida pesa
Aumentando mi negro desconsuelo,
Que al mirar mi horfandad y mi pobreza
Maldigo al mundo y desconozco el cielo.
Son tantos los tormentos ya sufridos,
Me ha sido tan adversa la fortuna,
Que apenas llevo veintitrés cumplidos
Y el sólo peso de la edad me abruma.
Ya no me causa encanto mi atractivo,
La riqueza, el amor ni la amistad;
Soy un cadáver que en el mundo sigo,
De la vida en el loco carnaval.
Miseria y nada más, siempre zizaña,
Los ojos miran y la planta pisa;
El corazón tan sólo es una entraña
A mis labios no llega la sonrisa.
Me han dicho que quien llora se consuela,
Que el llanto embota del dolor la espina,
Pero el llanto en mis ojos se congela
Y aumenta el sufrimiento de la herida.
Nada debo esperar, ya en mis oídos
El huracán de la desgracia zumba,
Todas mis esperanzas se han perdido
Y no hallaré la paz sino en la tumba.
(San José, Abril 23, 1901)
Aumentando mi negro desconsuelo,
Que al mirar mi horfandad y mi pobreza
Maldigo al mundo y desconozco el cielo.
Son tantos los tormentos ya sufridos,
Me ha sido tan adversa la fortuna,
Que apenas llevo veintitrés cumplidos
Y el sólo peso de la edad me abruma.
Ya no me causa encanto mi atractivo,
La riqueza, el amor ni la amistad;
Soy un cadáver que en el mundo sigo,
De la vida en el loco carnaval.
Miseria y nada más, siempre zizaña,
Los ojos miran y la planta pisa;
El corazón tan sólo es una entraña
A mis labios no llega la sonrisa.
Me han dicho que quien llora se consuela,
Que el llanto embota del dolor la espina,
Pero el llanto en mis ojos se congela
Y aumenta el sufrimiento de la herida.
Nada debo esperar, ya en mis oídos
El huracán de la desgracia zumba,
Todas mis esperanzas se han perdido
Y no hallaré la paz sino en la tumba.
(San José, Abril 23, 1901)
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